(Caracas, 09.07.2020. Oxfam). Cerca de 14 millones de personas en Centroamérica y Venezuela que ya padecían hambre, desigualdad y desprotección antes del COVID-19, podrían morir si no tienen acceso urgente a una alimentación suficiente y balanceada, además de que están altamente expuestas a enfermarse.

Antes de la pandemia, cerca de 14 millones de personas estaban en condición de inseguridad alimentaria aguda en Venezuela y los países que integran el Corredor Seco Centroamericano: El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Con el aumento de la posibilidad de una crisis alimentaria que de acuerdo con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe alcanzaría a 83.4 millones de personas en América Latina en el 2020, la probabilidad de que mueran es alta, explica Oxfam en su nuevo informe publicado hoy.

‘Aquí lo que hay es hambre’ afirma que para las personas con alto riesgo de contagio, los migrantes retornados, los pueblos indígenas y las personas en condición de pobreza, particularmente las mujeres cabezas de hogar, acceder a alimentos de calidad o tener más de una comida al día, es imposible. Esta situación se ha profundizado en los últimos meses debido a las medidas de cuarentena y aislamiento, que significan para muchas personas dejar de trabajar y recibir ingresos destinados a la alimentación de sus familias.

“Hoy más que nunca es necesaria la solidaridad y acción tanto de los organismos internacionales como de los Estados de la región para que en conjunto se pueda garantizar que la situación de hambre sea atendida estructural y urgentemente no solo durante la pandemia por COVID-19, sino en la posterior fase de recuperación”, explica ­Asier Hernando Malax-Echevarria, Director Regional para Oxfam en América Latina y el Caribe.

“En la región el hambre y la desigualdad son dos caras de la misma moneda.  El documento que presentamos hoy da cuenta del testimonio de personas que tienen que decidir cada día entre salir a la calle a buscar qué comer o dejar de comer en medio de una pandemia que prevalecerá por tiempo indefinido”.

Ante las condiciones estructurales preexistentes de los sistemas de alimentación y sanitarios que hoy se agudizan con la pandemia y que hacen que las personas tengan menos medios para comer y subsistir, Oxfam realiza las siguientes recomendaciones a la comunidad internacional y gobiernos de la región:

  • En Venezuela: Los organismos internacionales deben realizar incidencia para que el gobierno garantice de forma urgente la asistencia sanitaria y alimentaria, y el acceso humanitario para llegar a las personas con más necesidades.  También es necesario que los donantes y organismos internacionales reconozcan, apoyen y respalden la labor de las organizaciones locales con mandato humanitario.
  • En el Corredor Seco Centroamericano: Garantizar el acceso a agua segura, a infraestructura de saneamiento y a información sobre acciones de prevención del contagio, como elementos fundamentales para la reducción de la propagación del COVID-19 y otras enfermedades asociadas con la falta de agua y artículos de higiene. Además, es necesario que las reservas de alimentos están suficientemente reguladas, de manera que estas no sean acaparadas por aquellos que tienen mayores posibilidades de comprar anticipadamente.  Por último, desarrollar acciones para la reactivación de la producción agropecuaria local de forma sostenible, disminuyendo la vulnerabilidad del sector frente al cambio climático, para promover la seguridad alimentaria en las familias.

“Es importante resaltar el trabajo de las organizaciones locales en Venezuela y Centroamérica”, Asier Hernando añade, “ellas están en primera línea asistiendo a las comunidades para prevenir la expansión de la pandemia y entregando productos de primera necesidad contra el hambre. Es prioritario que se reconozca y apoye su trabajo por parte de los organismos internacionales de apoyo humanitario y no se ponga trabas a su trabajo de parte de los Estados”.

Pronósticos de agencias del Sistema de Naciones Unidas y otras organizaciones subrayan el riesgo de una pandemia nunca antes vistos y el riesgo de retroceder, al menos 20 años, en los logros para superar  la  pobreza  extrema  y  la  desigualdad. El panorama actual de Venezuela y Centroamérica ilustra  bien  este  análisis. Si los gobiernos y la comunidad internacional no toman medidas rápidas y oportunas, la crisis por la pandemia desencadenará una hambruna sin precedentes.

Fuente Oficial: Oxfam

Informe Completo